Conferencia Iberoamericana de Genealogía 2013
Salt Lake, Utah, Estados Unidos, 9-14 de septiembre de
2013
Estudio Genealógico
de Antiguas Familias:
Colima, Michoacán y Sur de Jalisco.
Siglos XVI-XXI
María
Guadalupe Paredes López
(México)
Hacer historia […] de una u otra forma es
vincular en un tiempo determinado paisajes y personas, espacio y pobladores,
llenando todo ello de matices y combinaciones. Es el comienzo creador de la
aventura del pasado reconstruido; es la situación ideal para romper silencios
con el sutil ejercicio de interrogar el ayer a partir de las ocupaciones y
preocupaciones del tiempo presente.
José
Miguel Romero de Solís, Andariegos...,
p. XV.
Introducción.
Hace dos años en la reunión de Quito,
Ecuador, bosquejé mi andar desde el año 1990 por el campo de la genealogía.
Comenté cómo, esta tarea permitió conocer los diversos tipos de archivos,
identificar qué, información podría obtener de los documentos en ellos
resguardados; aprender a indagar con las personas la obtención del dato;
practicar la lectura paleográfica; buscar la bibliografía relacionada con el
tema. En suma hacerme de las herramientas técnico-metodológicas para abordar el
trabajo.
Relaté además los tres
momentos más importantes en este quehacer: mi inicio apoyando a la escritora
Julieta Campos, en la recopilación de material para hacer una novela —basada en
su linaje materno: de la Torre— al
que di seguimiento trazando su migración, primero dentro de España, luego en
Cuba; comenté la segunda aproximación realizada desde el año 2005, gracias al
interés del empresario jalisciense don René Rivial León de legar a sus
descendientes el estudio de sus ancestros, buscando el pasado familiar de su
señora madre doña María Asunción de Jesús León Galván y el de su esposa doña
María Guadalupe Vergara Ochoa. Investigación que se plasmó en dos obras
publicadas en 2007,[1] misma, que abrió la posibilidad de un
ambicioso proyecto que hemos venido realizando en busca de rescatar antiguos
linajes del Occidente de México.
En la mencionada ponencia de
Quito, presenté el primer tomo resultado de este último trabajo que contiene 75
apellidos españoles y, hablé de los objetivos, las fuentes consultadas, de
algunos personajes notables estudiados, de los alcances y limitaciones, pero
sobre todo, de haber abierto la investigación a todos los apellidos castellanos
presentes en los libros parroquiales —principal fuente de consulta— a fin de
dar presencia a todos los actores.[2]
El estudio de los linajes:
León, Ochoa y Vergara requirieron explorar el espacio geográfico donde
habitaron—Michoacán, Sur de Jalisco y Colima—; definir el tiempo—siglo XVI-XXI—, donde el hombre, como sujeto y hacedor de la historia, da cuenta de la vida
social, política, económica y cultural en los que fue testigo o participante. Mismo espacio y tiempo que definió —este trabajo— donde se ha seguido la geografía
familiar de cada estirpe estudiada para elaborar su genealogía y emprender así el
desafío de reconstruir la historia de esta región a través de las familias
asentadas en ella desde el siglo XVI.
Esta tarea ha permitido
examinar con mayor amplitud gran cantidad de información: crónicas, historia
regional, estudios locales, biografías, anecdotarios, genealogías…, sondear
nuevos autores que a través de sus estudios aportaron referencias, resolvieron
dudas, iluminaron caminos, corrigieron datos, inspiraron nuestra imaginación,
estimularon nuestro trabajo, al descubrir que compartimos, problemas,
incertidumbres y dilemas comunes; además de visualizar en ellas y con ellos las
distintas maneras de cómo y con qué interrogar el pasado.
Hoy una vez más vengo a
compartir el avance de este trabajo, algunos hallazgos, reflexionar con
ustedes, la importancia que esta región tuvo para los españoles en el
nacimiento e implantación de la cultura occidental por encontrar en ella, los
dos motores que impulsaron la conquista: el oro y la antigua obsesión por
encontrar la ruta para llegar al oriente, navegando por el poniente.
Un Reto de Larga Envergadura: el estudio genealógico de antiguas familias.
Al abordar la reconstrucción
histórica de la región fue indispensable guiarme por las tres categorías de
análisis usadas en los anteriores trabajos: tiempo y espacio, que dan el marco de referencia donde ubicar al hombre, a fin de comprender cómo, se fue configurando el territorio a
partir del siglo XVI con el descubrimiento, exploración, conquista,
colonización y asentamiento de nuevos moradores; cómo, se dio el proceso de
implantación de otra cultura, religión, leyes e instituciones; qué cambios
generaron la convivencia y la mezcla racial de indios, españoles, negros y
asiáticos; de qué manera, se fue construyendo una memoria histórica, una
identidad regional, unos “nombres propios”.
Ha sido también buscar en
los documentos el hilo conductor del tiempo, la transformación del espacio,
por la acción del hombre. En las fuentes he indagado el pasado desde distintos
acercamientos, he gozado o sufrido, dialogado, escudriñado pasajes
desconocidos, disfrutado su belleza, sus olores, sabores, paisajes y, aunque todo
ello no lo puedo plasmar al realizar la genealogía, ha permitido visualizar e
integrar los hechos para rescatar al hombre en su individualidad con los datos
a mi alcance.
–
Espacio y tiempo.
La llegada de los españoles
en 1492 a América ha sido calificada como una de las epopeyas más grandes de la
historia universal, porque trastocó todas las ideas, mitos y creencias de la
época, comprobó la redondez de la tierra, dándole una dimensión insospechada.
Las motivaciones que
empujaron a portugueses y españoles a tratar de conquistar las islas del
sudeste asiático en el archipiélago Malayo, fueron el comercio de las
“legendarias sedas”; las resinas olorosas como el incienso y la mirra, el
“sabor y aroma de las especias”,
[…]
yerbas y granos como el clavo, la canela, el azafrán, el jengibre, la pimienta,
el anís, la menta, la mostaza, el cardamomo, el orégano, el sésamo, la casia o
canela china, el tomillo y tantas otras que dan sabor y aroma a los alimentos y
bebidas y conservan en buen estado los jamones
[…].[3]
El comercio de estos codiciados
productos estuvo desde la antigüedad en manos de diferentes pueblos: “Egipto,
Arabia meridional o Félix, Alejandría y Venecia”. Para realizar el viaje desde
Europa en busca de ellas, era preciso cruzar el Mediterráneo por Génova o
Venecia, luego transitar por caminos terrestres a través del Oriente Medio,
para llegar a la India.
Este mercado siempre fue muy
apetecido porque dejaba grandes ganancias. El espíritu de lucro que se había
desarrollado, el afán de enriquecerse con rapidez, sustituir la intermediación,
romper el monopolio, fueron algunas de las causas que contribuyeron antes de la
toma de Constantinopla por los otomanos en 1453, a la búsqueda de otros
derroteros.
Desde principios del siglo
XV, exploradores, comerciantes y pescadores de Portugal y Castilla fueron
penetrando cada vez más en el océano Atlántico y en el posicionamiento de
África por vía terrestre. Los impuestos sobre la mercancía traídas de ultramar
generaron fricciones entre estos reinos que se convirtió en rivalidad, más,
cuando se trató de definir el control sobre el área de Guinea, —rica en oro—,
la disputa por la posesión de Canarias; el monopolio del comercio.
Favorecido por el Papado a
través de una serie de bulas, Portugal fue logrando control exclusivo sobre
todas las tierras en África, ante el reino de Castilla con un monarca débil y
luego enfrentado en una guerra de sucesión (1475 – 1479). El Tratado de Alcáçovas firmado el 4 de septiembre de 1479, entre otras cosas,
pone fin a las hostilidades. Los reyes castellanos ceden el cobro del quinto
real de las mercancías procedentes de los territorios atlánticos así como las
posesiones de la misma zona, quedando para Portugal: Guinea, la Mina de Oro,
Madeira, las Azores, Flores y Cabo Verde; para Castilla las islas Canarias,
puntos estratégicos para ambos, que habrán de utilizar en la búsqueda de la
ambicionada ruta a Oriente.
A partir de 1460 con ese
propósito contorneando el continente africano, Portugal, activa el envío de
flotas. Entre ellas y con ese fin, se puede citar los viajes de exploración de Diogo
Cão, quien descubrió la desembocadura del río Congo en 1482 – 1486, Bartolomé
Díaz[4]
en 1488, los de Vasco de Gama[5]
que zarpa por primera vez de Santa María de Belém, Lisboa, el 8 de julio de
1497, los posteriores los realiza en 1502 y 1524, el de Pedro Álvarez Cabral, en su ruta hacia
la India se desvía y toca la costa de Brasil en 1500,[6]
el de Diego Lopes de Sequeira[7],
primero en llegar a Maluca en 1509.[8]
Una vez lograda y
establecida la ruta a la India por África, los portugueses fueron los primeros
en llevar las especias a Europa, colocar en los principales puntos descubiertos
los padrãos —postes o pilares
de piedra con los emblemas de la corona de Portugal—, sentar las bases para la
colonización en América y el extremo Oriente y participar en el lucrativo
comercio de esclavos.
–
La partición del mundo.
En la carrera de
exploraciones marítimas libradas entre castellanos y portugueses, compitiendo
por el dominio del Océano Atlántico, las costas de África, la búsqueda de
nuevas vías para llegar a las islas de las Especias. El descubrimiento de Colón
navegando hacia el oeste, obliga a España y Portugal a delimitar sus
respectivas zonas de influencia —en tierras descubiertas o por descubrir—,
negociando un acuerdo que se plasma en el Tratado
de Tordesillas, suscrito el 7 de junio de 1494. Confirmado —a solicitud de
los Reyes Católicos Isabel y Fernando— por el papa Alejandro VI, con cuatro
bulas conocidas como Bulas Alejandrinas,
fechadas entre mayo y septiembre de 1492.
La bula intercaetera de 4 de mayo de 1493,
contiene la definición de un meridiano al oeste, del cual, todas las tierras
“halladas y por hallar” pertenecerían a los reyes de Castilla y León.[9]
Para hacer realidad ese
reparto y posesión del inmenso espacio de mares y tierras se tuvo que proseguir
con exploraciones, expediciones y conquistas. España había logrado sumar a la
ruta de los portugueses la de Oriente, navegando el mar desconocido, pero aún
le faltaba un gran camino que recorrer. Las concepciones geográficas basadas en
el mundo creado por Ptolomeo —geógrafo alejandrino del siglo II, estudiadas con
ahínco— ofrecían una distribución equivocada de los continentes y los océanos,
reduciendo su tamaño y sobreponiendo Asia en el continente americano, motivo
por el cual, como lo señala el mapa de Martín Berhaim[10]
de 1492 “era fácil equivocarse sobre la posibilidad de llegar a la India por
Occidente con más rapidez que por la ruta de Oriente”.[11]
Sin imaginar las dimensiones del orbe pensaba que estaba en la tierra de las especias,
sólo faltaba localizar los caminos que la pusieran en contacto con los señores
de esos lugares y sus riquezas.
Para lograr ese objetivo, de
1492 – 1519 los castellanos despliegan una intensa exploración en el Caribe. La
isla de Santo Domingo o La Española se convierte en el núcleo desde donde
parten a la conquista de Cuba, Puerto Rico, Jamaica y Panamá.
El establecimiento del
núcleo panameño va a jugar un papel importantísimo en la colonización de
América del Sur y la otra porción de Centroamérica, pero sobre todo va a
permitir a Vasco Núñez de Balboa, el 29 de septiembre de 1513,[12]
—atravesando el istmo de Panamá en el Darién— llegar a la Mar del Sur, revelando
“la existencia de un continente desconocido a mitad del camino entre Europa y
Asia”. El relato del descubrimiento dice:
Era
poco antes de las diez de la mañana de aquel de 25 de septiembre de 1513 cuando
los guías mostraron una cima a Balboa y le dijeron que desde allí vería la otra mar. El gobernador mandó detenerse
a la hueste y subió solo hasta la cumbre, pues deseaba ser el primer español
que divisara el nuevo océano […] contempló en silencio la majestuosidad del mar
[…] hizo [que] el escribano y registrador oficial de la expedición don Andrés
de Valderrábano [… registrara el hecho, luego].
Balboa
gritó a sus compañeros que subieran y contemplaron extasiados la otra mar. Se hincó de rodillas para dar
gracias a Dios y tomó posesión de dicho mar en nombre de los Reyes de Castilla
[…] Fernando y la reina doña Juana […] pidió que anotara uno por uno los
nombres de todos los castellanos que había presentes en tan solemne momento.
Valderrábano escribió 67 nombres.[13]
Este descubrimiento permitió
a la corona proyectar el primer gran viaje de circunnavegación del mundo,
nombrando al frente de la flota al experimentado y renombrado marino portugués
Hernando de Magallanes, a quien “el rey Carlos I, lo hizo caballero de Santiago
para ligarlo a España”.
Esta expedición —de la que
trataré más adelante— salió de Sevilla el 10 de agosto 1519, regresando el 9 de
septiembre de 1522 tres años después de su salida.
Su importancia histórica radica
en haber inaugurado el reconocimiento de espacios geográficos hasta entonces
ignorados; logrado el viaje de circunnavegación del mundo de oriente a poniente;
trazar la continuación de la línea divisoria acordada en el Tratado de Tordesillas en el otro lado del
orbe llamado antimeridiano.[14]
Tras discusiones y la intervención de cosmógrafos, diplomáticos y el pago de
300 mil ducados al emperador Carlos V, por la sesión de las Molucas, se firma
el Tratado de Zaragoza en 22 de abril
de 1529 quedando bajo el dominio español las islas del archipiélago Filipino
recién descubiertas. Así se completa la partición de la tierra entre España y
Portugal.
Mapa de las líneas acordadas en la Bula Intercaetera y los Tratados de Tordesillas y Zaragoza. |
–
Año 1519.
Tomar esta fecha como punto
de partida para adentrarse en el siglo XVI novohispano, es para situar dos
hechos de trascendencia vinculados estrechamente a la región objeto de estudio.
Ambos tienen inicio en 1519. Uno habla de la campaña de Cortés en México, otro
de las expediciones de los castellanos rumbo a las regiones asiáticas del Pacífico.
v La campaña de Cortés
En la tercera expedición que
Diego Velázquez, gobernador de Cuba, envía a costas mexicanas, dirigida por
Hernán Cortés, tenía como propósito original la exploración y el comercio.
Dentro de su recorrido al tocar la costa de Yucatán sus hombres encuentran a
Gerónimo de Aguilar, español naufrago que había aprendido la lengua maya;
bordeando la costa llega a Campeche allí, recibe junto con otros obsequios y
mujeres a Malintzin, —Malinche o Marina— india que hablaba el náhuatl como
lengua madre y el maya por su larga estancia en la zona. Con estos traductores,
Cortés consigue de forma inmediata entrar en comunicación con la gente e iniciar
el conocimiento de la tierra.
Al llegar a Veracruz,
siguiendo la antigua tradición española municipal, funda la villa Rica de la
Vera Cruz y crea su ayuntamiento a través del cual, adquiere la autoridad para
desconocer a Diego Velázquez, reconocer sólo como superior a la corona
española, obtener el mando y los derechos de conquistar las nuevas tierras con
su nombramiento de capitán. Para asegurar estos planes envía a España a Portocarrero
para establecer contacto directo con la Corte y la aprobación real.
Inicia la marcha hacia el
interior, en el trayecto, percibe las fuertes rivalidades entre los pueblos
indígenas, que más tarde va a utilizar. En Tlaxcala, después de derrotar a
Xiconténcatl, establece una alianza con su pueblo. Continua la marcha, y
estando en Cholula, sabedor de una posible emboscada, se adelanta y da un
castigo ejemplar. No se detiene hasta llegar a la Ciudad de México, donde
Moctezuma lo recibe a las puertas de la Ciudad, lo aloja con toda su gente en
los palacios
Durante su estancia, como
huésped de Moctezuma, tiene acceso a información privilegiada, así como a
mapas, planos, matrículas de tributos y otros documentos que los dirigentes tenochcas
usaban en la administración del Estado. En su recorrido hasta la capital mexica
sumo la adhesión y alianzas de reinos y pueblos, que después le auxiliaron con
ejércitos, alimentos y pertrechos en el sitio y toma de la metrópoli mexica; luego
engrosaron los contingentes que desplegó por el territorio en las expediciones
y conquistas. Con todos estos elementos a su favor, la campaña se desarrolló
rápido, culmina el 13 de agosto de 1521 con la aprehensión de Cuauhtémoc y la
toma de la gran Tenochtitlan. La conquista del antiguo imperio mexicano, entre
1521 y 1524, parecía concluida.
Con sentido estratégico,
después de consolidar la villa Rica de la Vera Cruz, reforzar los sitios y
puertos que permitieran la comunicación con la metrópoli; vuelve la mirada
hacia la Mar del Sur con dos
propósitos: la búsqueda de un puerto a fin de continuar la anhelada ruta de
Colón a costas asiáticas y localizar los yacimientos que habían abastecido a
los purépechas de metales preciosos.
En 1522 Cristóbal de Olid
entra en el reino de Michoacán y la zona de Zacatula. Sometidos los purépechas
sin gran resistencia fija su centro de operaciones en Tzintzuntzan, desde donde
organiza la exploración minera y penetra a Mazamitla y Tamazula. Una parte de
la expedición, encabezada por Juan Rodríguez de Villafuerte, se dirige a Colima
donde es derrotada por los nativos en Tecomán. Para lavar la afrenta y
posesionarse de esas tierras, es enviado Gonzalo de Sandoval, quien somete la
región, funda la Villa de Colima —el 25 de julio de 1523—, establece su cabildo.
En 1524 arriba su pariente Francisco Cortés, conocido por Cortés de San
Buenaventura con amplios poderes, explora tierras de Jalisco y Nayarit, da nombramientos
y reparte tierras.
Inicia así el asentamiento
en los hoy estados de Michoacán, Sur de Jalisco y Colima y a dibujar lo que
será durante buena parte de la época colonial el poderoso y extenso Obispado de
Michoacán,
[…]
que abarcaba dentro de una sola demarcación eclesiástica los pueblos, villas y
ciudades que iban desde la costa del Pacífico, (actualmente el estado de
Guerrero, Michoacán y Colima) hasta el Sur de Tamaulipas, junto con la
totalidad del actual estado de Michoacán y buena parte de los de Guanajuato, Jalisco
y San Luis Potosí.[15]
Mapa del antiguo obispado de Michoacán |
Michoacán al no contar con
Real Audiencia ni gobernador en su territorio, —como los obispados de México y
Guadalajara— el obispo era “la más alta autoridad de su provincia”.[16]
v Las primeras expediciones a Filipinas[17]
La historia del importante
despliegue de recursos humanos y económicos realizados desde el siglo XVI, en
la exploración y conquista de la Mar del Sur, están escritos en números obras y
en una extensa cartografía que ocuparía mucho tiempo sólo para mencionarlas.
Por ello a través de las palabras Javier Wimer ofrezco una breve síntesis de
aquellos esfuerzos realizados desde 1519.
No
corrieron con suerte los primeros intentos españoles y novohispanos por
explorar y conquistar la Mar del Sur. Se perdieron cuatro de las cinco naves de
Magallanes que zarparon de Sevilla en 1519, las siete de fray García Jofre de
Loiasa que partieron de la Coruña en 1525 y las tres de Álvaro Saavedra Cerón
que salieron de Acapulco en 1527.
Los
desastres españoles de aquellos años forman un catálogo impresionante y
repetitivo pero el mayor de ellos era no haber encontrado el llamado tornaviaje, es decir, el itinerario
para el regreso de las naves que iban al Oriente. Sin descubrir el punto en que
los vientos harían posible el regreso a las costas americanas, carecían de
sentido todos sus proyectos políticos y comerciales. El largo viaje desde la
Nueva España tendría como optima perspectiva su prolongación por la ruta
portuguesa que, para colmo, le estaba vedada por la Bula intercoetera, y los tratados de Tordesillas y de Zaragoza.[18]
·
La primera circunnavegación del mundo:
Magallanes-Elcano. 1519-1522.
El descubrimiento de la Mar
del Sur por Vasco Núñez de Balboa en 1513, permitió proyectar el gran viaje de
circunnavegación del mundo. Tras “largos, complicados y minuciosos
preparativos” salió la flota de Sevilla el 10 de agosto de 1519, remontó el
puerto de Sanlúcar el 20 de septiembre para llegar a islas Canarias el día 26, donde
inician el viaje en alta mar. Se componía de cinco naves: Trinidad (capitana), Concepción,
San Antonio, Victoria y Santiago,
integrada por una tripulación de 239 hombres entre marinos, técnicos, clérigos,
artilleros alemanes, un intérprete malayo, el italiano Antonio Pigaffeta, quien
luego escribiría la crónica titulada Primer
viaje entorno del globo. El costo de la armada fue de 8,751,125 maravedíes.
Como capitán general, el portugués Hernando o Fernando de Magallanes.
Hernando de Magallanes. |
En su recorrido exploraron
la costa brasileña, el río Solís —hoy Río de la Plata—. El primer contratiempo
surgió al explorar el río Santacruz, donde naufragó la nave Santiago; posteriormente se produjo la
sublevación de Luis de Mendoza, Juan de Cartagena y Gaspar Quesada, sofocada con
excesiva severidad. Antes de encontrar el estrecho, el piloto Esteban Gómez al
mando de la San Antonio, desertó.
Con sólo tres naves atravesó el estrecho el
27 de noviembre de 1520. La flota durante tres meses navegó la vastedad de la
Mar del Sur, al que el capitán nombró Océano Pacífico, sufriendo hambre, sed y
escorbuto. Pasado el ecuador, en la isla Guam, reposaron y tomaron víveres
después de hacerse del mando de la isla.
Primera circunnavegación: Magallanes-Elcano. |
El 6 de marzo de 1521
encontraron las primeras islas habitadas, hoy Marianas, que ellos bautizaron de
los Ladrones. El 16 de marzo descubrieron las islas del archipiélago que
llamaron San Lázaro, hoy Filipinas. El 7 de abril entró a Cebú, donde el rey
los acogió con generosidad y convino un pacto de paz, alianza y comercio. Para
hacer honor al pacto, Magallanes fue a combatir al rey de Mactán, donde es
derrotado y perece el 27 de abril de 1521. Tras su muerte, se eligieron dos
sustitutos que murieron también. Poco después se perdía la nao Concepción, quedando sólo la Victoria y Trinidad con las que prosiguieron rumbo a las Molucas, donde fueron
bien recibidos y consiguieron autorización para el tráfico. Después de
aprovisionarse bien de clavo —especia de gran valor—, dispone la marcha, pero el
nuevo capitán Gonzalo Gómez de Espinosa
se ve obligado a posponer su partida al encontrar una vía de agua en la Trinidad. Juan Sebastián Elcano —capitán
de la Victoria y tesorero de la
armada— tuvo el honor de completar el viaje “por la vía portuguesa pero sin
tocar tierra por temor a ser apresado”. Sin embargo la carencia de víveres, los
obliga a tomar tierra en Cabo Verde, de donde huyen “dejando 12 prisioneros en
manos del gobernador portugués”.
Juan Sebastián Elcano. |
Después
de vencer los últimos obstáculos, [… llegaron a Sevilla el 9] de septiembre de
1522, casi 3 años después de la partida; sólo quedaban 18 hombres de los 60 que
partieron de las Molucas [y de los 239 iniciales]. Habían llevado a cabo la
primera circunnavegación del globo en dirección este - oeste, cruzando cuatro
veces el ecuador y recorriendo según Pigafeta […] más de 14, 460 millas. [19]
·
La expedición de Fray García Jofre
de Loaisa. 1525-1536.
La llegada de Juan Sebastián
Elcano con los sobrevivientes y el cargamento de especias incrementaron el
entusiasmo de proseguir la exploración del Mar del Sur. Abierta la ruta, el
emperador Carlos V desde 1522, decide formar una flota para reivindicar las
islas Molucas para su imperio. Fracasadas las negociaciones en Elvas y Badajoz entre
España y Portugal —el 31 de mayo de 1534—, se aceleran los preparativos para la
salida de la flota pospuesta mientras duraran éstas.
El 5 de abril de 1525 nombró
a fray García Jofre de Loaisa, comendador de la Orden de San Juan, como capitán
general de la Armada y le anticipó el nombramiento de capitán general y
gobernador de las Molucas.
La expedición la componían siete naves: Santa María de la Victoria (capitana), Santi Spiritus —comandada por Juan
Sebastián Elcano—, San Gabriel, San Lesmes, Santa María del Parral, Anunciada
y el patache Santiago. La tripulación
estaba formada por 450 hombres con capitanes y pilotos famosos. Como paje, de
uno de los hermanos Elcano un joven de 17 años, quien años después coronaría
los sueños de los navegantes españoles descubriendo el tornaviaje: Andrés de Urdaneta.
La flota salió de la Coruña
el 24 de julio de 1525, pasan Madeira y el 1 de agosto arriban a la isla Gomera
donde permanecen 12 días, reabastecen las naves: agua, leña, carne fresca,
repuestos de velamen. Zarpan el 14 de agosto rumbo al sur. A los 4 días se
partió el palo mayor de la capitana y así inician una serie de obstáculos que
fue deshaciendo a la expedición por naufragios, extravíos, deserciones. Loaisa
y Elcano quedan solos en la Santa María de la Victoria.
En la mitad del Pacífico a
la altura del ecuador, abrumados por las deserciones, el hambre, las
enfermedades y desolado por la pérdida de la escuadra, García de Loaisa muere
el 30 de julio de 1526, deja de capitán a Juan de Sebastián Elcano, quien
fallece el 4 de agosto. Tras su muerte quedó al mandó Alonso de Salazar, quien
se dirigió a las Molucas. En octubre de 1526 llegan a Mindanao y a la isla de
Gilolo. Los 105 sobrevivientes con una nave maltrecha tuvieron que luchar
contra los portugueses que instalados en su fortaleza de Tenarte los hostigan;
logran construir la suya en Tidore, donde resistieron por largos años ayudados
por aliados indígenas. En esta etapa era el capitán Hernando de la Torre y se
distinguió por su habilidad y trato con los isleños Andrés de Urdaneta.
Viaje de Fray García Jofré de Loaiza en 1525 |
En 30 de marzo de 1528 llegó
a Tidore Álvaro de Saavedra Cerón, capitán de la expedición enviada por Cortés
desde Nueva España en su búsqueda. Los auxilios prestados son calificados como
muy oportunos y valiosos, describiendo el capitán de la Torre en su informe de
11 de junio redactado para la corona dice:
[…]
trujo muchas cosas que teníamos de extrema necesidad […] una muy buena botica
con muchas medicinas e ungüentos […] ballestas y escopetas y coseletes y lanzas
y plomo […] asimismo trujo tres piezas de artillería de bronce y dejó aquí las
dos y otros siete o ocho arcabuces de hierro […] éste ha sido uno de los
mayores servicios que don Hernando Cortés a vuestra majestad ha hecho […].[20]
Saavedra Cerón reparó la Florida y salió de Tidore el 3 de junio
de 1528. Su muerte y una serie de vicisitudes hicieron imposible la vuelta.
“Hasta 1536 llegaron a Portugal los diez españoles sobrevivientes, ocho de
ellos habían concluido una segunda vuelta al mundo en la que habían tardado
diez años, eran lo que quedada de la gran armada de Loayza”[21].
o
El patache Santiago
La más pequeña de las naves
de Loaisa, al mando del capitán Santiago Guevara, se extravió el 1 de julio de
1526 ya pasado el estrecho de Magallanes. Solo continúo el viaje bordeando la
costa occidental del continente, después de dos meses de travesía llegaron a un
Cabo que quisieron explorar donde encontraron indios cristianizados, siendo este
un lugar cercano a Tehuantepec en la Nueva España, donde recibieron auxilio de
un capitán de Hernán Cortés, quien después de escuchar su relato informa al
gobernador de su llegada y lleva al padre Areízaga y sus compañeros a la Ciudad
de México a entrevistarse con el conquistador, mismo que relata el hecho en la
5ª Carta de Relación al emperador el 3 de septiembre de 1526, detallando la
información en un complemento del día 11.
Estos informes de Cortés se
cruzaron con la Cédula que Carlos V había suscrito en Granada el 20 de junio de
1526, donde refiere antecedentes de las expediciones españolas a Oriente y le
encarga prepare una armada que se dirija a las Molucas para auxiliar y tener
noticias del capitán García Jofre de Loaisa y de la despachada en 1526 al mando
de Sebastián Caboto.
·
La expedición de Álvaro de
Saavedra Cerón. 1527-
Esta expedición se organiza
con dos propósitos uno, cumplir con la orden real emanada de la Cédula del 20
de junio de 1526, donde el emperador ordena a Cortés el envío de una flota en
auxilio de las armadas perdidas y otra, cumplir su antiguo empeño de
construcción de varios navíos en el astillero que tenía en Zacatula la
desembocadura del Balsas para explorar el Oriente.
Con ese propósito se
traslada a Zacatula para apresurar los trabajos. A su costa construye tres
naves llamadas Florida (capitana), Santiago —al mando de Luis Cárdenas— y Espíritu Santo —de Pedro de Fuentes—.
Nombra a su primo Álvaro de Saavedra Cerón como capitán general de la
expedición acompañado de una tripulación de 110 hombres. Navegando desde
Zihuatanejo hacia el Oriente, zarpan el 31 de octubre de 1527.
Además de llevar alimento para un largo
viaje, números objetos mexicanos y españoles para rescatar o hacer trueques, y
una serie de cartas destinadas al capitán Sebastián Caboto y a los hombres de
su armada cuyo propósito es informarles de las instrucciones que tenía de su
socorrerlos y les solicita información; otras dirigidas a los reyes de Cebú y
Tidore en las Molucas y una carta personal “de consejos y advertencias
morales”.
Viaje de Álvaro de Saavedra Cerón en 1527. |
Una vez más el trágico
destino de las expediciones empieza a cumplirse en ésta. Al día siguiente murió
maese Francisco, cirujano de la armada, quien había provisto una buena
farmacia, pocos días después la capitana empezó a hacer agua, la noche del 15
de diciembre se separaron de la capitana las otras dos naves que debieron
naufragar, pues nunca volvieron a verlas.
Saavedra Cerón y los
tripulantes de la Florida continuaron
el viaje y llegaron a un archipiélago en las Molucas, que nombraron Los Reyes, por el día que lo vieron.
El 25 de enero murió el
piloto Ortuño de Arango, a comienzos de marzo de 1528 llegaron a Mindanao, una
de las Filipinas, y de allí arribó a las Molucas, donde encontró a Hernando de
la Torre, capitán de la expedición de Loaisa y le socorrió con armas y
medicina.
En Tidore, después de haber
socorrido la tripulación de Loaisa y
reparar su nave, sale el 3 de junio de 1528 con 30 hombres que le quedaban y
otros que deseaban volver a Nueva España a intentar el retorno sin lograrlo. El
8 de marzo de 1529 probaron de nuevo,
[…]
tocando varias islas y procurando avanzar hacia el norte, a pesar de los
vientos contrarios. Al llegar al paralelo 26° de latitud norte, el 19 de
octubre murió [… antes de su deceso] recomienda a su gente que tratasen de
subir hasta los 30° para encontrar vientos propicios; si no tenían éxito, les
indicaba volver a Tidore.[22]
Luego de su fallecimiento siguieron
otras muertes y un nuevo intento de su gente por encontrar los vientos
propicios subiendo hasta 31° sin resultado, los 18 hombres que quedan vuelven a
Tidore en diciembre de 1529 para reunirse a los de Hernando de la Torre y con
ellos se dirige a Malaca, allí, un capitán portugués los hace prisiones durante
dos años en que murieron 10 o 12, mientras los restantes fueron a Goa, donde “algunos
lograron viajar a Portugal y Luego a España en 1534, siete años después de su
partida”.
·
Expedición de Ruy López de
Villalobos. 1542-1547.
Esta expedición fue
proyectada originalmente por Pedro de Alvarado en sociedad con el virrey
Antonio de Mendoza. La muerte de Alvarado en la guerra del Mixtón, Nueva
Galicia, el 4 de julio de 1541 demoró la empresa, retomada luego por cuenta del
virrey. La confió a su pariente Ruy López de Villalobos, abogado y marino,
residente en 1540 de la Ciudad de México.
La flota sale de Barra de
Navidad el 1 de noviembre de 1542, con 6 embarcaciones: Santiago, Jorge, San Antonio, San Cristóbal —piloteada por Ginés de Mafra—, San Martín y San Juan de
Letrán —al mando de Bernardo de la Torre—, y una tripulación de 370 a 400 hombres
su destino era el archipiélago filipino.
Ruy López de Villalobos. |
El 25 de diciembre de 1542 tocaron
las islas de Revillagigedo, Corrales, La Anublada (hoy San Benedicto). El 6 de
enero de 1543, avistaron varias pequeñas islas y la llamaron los Jardines, eran
Eniwetok y Ulithi, descubrieron la isla de Palaos que perteneció a España hasta
1899, cuando fue vendida a Alemania con el resto de las islas Carolinas.
Entre 6-23 de enero de 1543,
el galeón San Cristóbal, pilotado por
Ginés de Mafra —miembro de las expedición Magallanes-Elcano 1519-1521— fue
separado por una tormenta y llegó a la isla de Masagua, hoy Limasagua, en la
sureña isla de Leyte.
Dentro de su recorrido por las
islas el gobernador de las Molucas, Jorge Castro, exige explicación sobre su
presencia en el territorio portugués. En respuesta a éstas el 9 de agosto y 19
de septiembre reivindica su derecho, por estar dentro de la línea de
demarcación de la corona de Castilla. El 27 de agosto envía la nave San Juan de Letrán con Bernardo de la
Torre como capitán de regreso a México para abastecerse.
En abril de 1544 se embarcó
para la isla de Amboina, luego pasan a las islas de Samar y Leyte a las que
llamaron Islas Filipinas, en honor
del príncipe de España Felipe II. Expulsados por los nativos hostiles, el
hambre y un naufragio, se vio obligado a abandonar sus asentamientos en las
islas, buscaron refugio en las Molucas donde después de un enfrentamiento con
los portugueses fueron encarcelados.
El 4 de abril de 1544 murió “en
su celda de la prisión en la isla de Amboina de fiebre tropical o como dijeron
los portugueses «de un corazón roto»”. En su lecho de muerte fue atendido por
el jesuita Francisco de Jasso, conocido como San Francisco Javier, quien se encontraba como Nuncio del Papa en
Asia y en misión evangelizadora bajo protección del rey de Portugal.
Unos 117 miembros de la
tripulación sobrevivieron, entre ellos, de Mafra y Guido de Lavezaris. De Mafra
redactó un manuscrito sobre la circunnavegación de Magallanes, enviado a España,
donde permaneció desconocido, hasta ser descubierto y publicado en 1920.
·
La expedición de Miguel López de
Legazpi.
Habían pasado varias décadas
del descubrimiento de los archipiélagos de las Molucas y de Filipinas y el
regreso a playas de Nueva España, pese a los intentes realizados seguía
pendiente. El virrey don Luis de Velasco, interesado en este proyecto, pidió
autorización desde 1557 a la corona para enviar juna armada a las islas con el
propósito de traer especias y descubrir la ruta de regreso.
Su interés se unió al del
rey Felipe II, quien le encargó explorar la ruta de Nueva España a las islas
Molucas.
Como capitán general se
eligió a Miguel López de Legazpi, eficiente burócrata que había sido escribano
y alcalde en México, además empleado de la Casa de Moneda. Como piloto y
cosmógrafo se pensó en el experimentado marino Andrés de Urdaneta, quien desde
1552 había profesado como monje agustino.
Miguel López de Legazpi. |
El rey escribe a fray Andrés
al provincial de su Orden, a uno para invitarlo a ser parte fundamental de la
expedición, al provincial para que le permitiese salir del convento a
embarcarse rumbo al mundo malayo que también conocía.
En la respuesta a la carta
real, Urdaneta dice que “pasa de los 52 años y le falta salud pero estar
dispuesto ‘para los trabajos de esta jornada’”.
La tripulación se formó con
150 marinos, 200 soldados, 4 frailes agustinos. Se contrataron pilotos
experimentados en España, enroló a su nieto Felipe de Salcedo, se compraron
buenos instrumentos de navegación y abundantes rescates. “El costo total de la
armada ascendió a 382,468 pesos, más 27,400 pesos y ciertos tributos del pueblo
de Michoacán […] algo más de medio millón de pesos”.[23]
Después de siete años de
preparación la flota salió del puerto de Navidad el 21 de noviembre de 1564. En
alta mar, el capitán Legazpi abre el sobre de instrucciones y órdenes que le
había entregado el presidente y oidores de la Real Audiencia de México el 1 de
septiembre de 1564. En ellas mandaban dirigirse a la isla de Luzón en las
Filipinas, imposición que acató Urdaneta disgustado porque estaba convencido
que pertenecían a Portugal y él quería ir al encuentro con Oceanía.
El 2 de diciembre el patache San Lucas, haciendo extrañas maniobras,
se perdió de vista.
Expedición de Miguel López de Legazpi.
La expedición atravesó el
Pacífico en 93 días y pasó el archipiélago de las Marianas. El 22 de enero desembarcaron
en Guam, conocida por isla de los Ladrones, a partir de allí inician un
recorrido por las islas en busca de alimentos, de bases, estableciendo
relaciones amistosas a través de pactos de sangre. Poco a poco fueron
extendiendo los dominios españoles sobre las islas —Samar, Leyte, Punto de
Carvallán—, tomando posesión de las tierras para la corona, excepción Mindanoa
y las islas Sulú.
Para pasar el invierno
deciden establecer un campamento en la villa de Cebú —muy habitada y con buena
provisión de alimentos— a la que llegan el
27 de abril de 1565. Encuentran recelos del gobernador local lo que hace a los
españoles desembarcar usando la fuerza, el 8 de mayo inician el trazado para la
construcción del fuerte. Ante estos hechos el gobernador se presenta ante
Legazpi, acuerdan la paz y hacen el juramento de sangre. Funda allí la villa
del Santísimo Nombre de Jesús y la villa de San Miguel, hoy ciudad Cebú que se
convertiría en la capital de las Filipinas y base de la conquista de las
mismas.
Mientras esto sucede,
Legazpi y Urdaneta acuerdan cumplir la otra parte de la misión. El regreso a
playas mexicanas. Con ese fin Urdaneta eligió la nao capitana San Pedro que reparó y abasteció para
200 hombres y una travesía de ocho meses; nombró capitán a Felipe de Salcedo,
nieto de Legazpi de sólo 18 años, seleccionó los mejores pilotos y oficiales y
el viernes 1 de junio de 1565 inició el viaje de retorno, mientas López de
Legazpi y quienes se quedaban con él, proseguirían en su empresa de afianzarse
en las Filipinas.
Además de las corrientes de superficie, hay en el océano Pacífico otras
mucho más lentas, las llamadas corrientes de fondo. Las primeras configuran dos
grandes circuitos y reciben denominaciones específicas en las distintas partes
de su recorrido. |
Entre arrecifes, corrientes,
mareas y calmas fueron saliendo del laberinto de las islas, el conocimiento
adquirido en los años que pasó estudiando, preguntando, experimentando las
corrientes y los vientos, permitió en su ascenso hasta el paralelo 44°
encontrar la corriente de Japón o Kuro Sibo que lo empujará hasta el Oriente.
A los 118 días de navegación
el 26 de septiembre de 1565, avistaron la tierra de California y costeando
iniciaron el descenso. El 1 de octubre está frente al puerto de Navidad, donde Urdaneta
dispone seguir hasta Acapulco al que arriban el día 8, con sólo 18 hombres en
pie. Logrando así el tornaviaje,
intentado por Gonzalo Gómez de Espinosa, Álvaro de Saavedra Cerón, Ruy López de
Villalobos y otros tantos.
Cumplidos los objetivos del
viaje y pasada la emoción que esto producía quedaba en el archipiélago filipino
sostenerse en él. Los portugueses en 1568 y 1569 mandaron una escuadra a la
conquista de la recién fundada villa de San Miguel, rechazada en las dos
ocasiones, pues su nieto, Felipe de Salcedo, en compañía de su hermano Juan
—quien se convirtió en el principal capitán de Legazpi— en 1567 había llegado
de la Nueva España a reforzarlo con dos galeones y 300 hombres.
En 1571, Legazpi salió a
conquistar Luzón, sometió las islas de Masbate, Mindoro y Cabite, luego Manila sin
apenas resistencia. El 24 de junio de 1571, fundó la ciudad de Manila, instaló en
ella la capital del archipiélago y estableció su Ayuntamiento. Sometida en 1572
la isla de Luzón —la mayor de Filipinas— se dedicó a organizar su gobernación
que le había sido concedida por Felipe II el 24 de junio de 1571, atendió la
evangelización confiada a los agustinos, intentó establecer relaciones con
China y organizó a Manila como un centro comercial para el tráfico de la
especiería y los ricos productos de China y Japón.
Falleció de un ataque de
apoplejía el 20 de agosto de 1572.[24]
Así México o Nueva España se
encargó de atender desde el siglo XVI a principios del siglo XIX el
sostenimiento de la remota posesión española.
Como epílogo de esta
reconstrucción histórica sobre la Mar del Sur u Océano Pacífico, tomo los
pensamientos que sobre él escribió Manuel Lucena Salmoral:
Poseía
un extraño sortilegio gracias al cual pudo permanecer ignorado durante siglos a
los ojos de los europeos. Era un océano presentido, intuido, sin nombre;
Cristóbal Colón lo buscó con desesperación y murió sin verlo, aunque creyó
haberlo surcado. El primer hombre europeo que lo vio fue Vasco Núñez de Balboa,
y la maldición cayó sobre él por ver aquello que nadie había visto. No quedó
ciego, ni convertido en estatua de sal pero pagó con la vida, y fue la única
vez que se ajustició a todo un Adelantado como a un reo vulgar en la plaza
pública de una ciudad ribereña de la Mar del Norte. Detrás de él vendría Magallanes,
que lo descubrió después de pasar un estrecho y pagó también con su vida el
haberlo visto. Lo mismo le ocurrió a Juan Sebastián Elcano sepultado en sus
aguas y a tantos otros […].[25]
–
El Galeón del Pacífico.
A partir de 1565 se cerró el
circuito que durante casi medio siglo de trágicos intentos buscaba establecer
“el sueño centenario de llegar al oriente navegando por el poniente, que
permitiría establecer la línea marítima.
“La empresa recibió varios
nombres: Nao de China, Nao o Galeón de Filipinas, Nao o Galeón de Manila, Nao o
Galeón de Acapulco y Galeón del Pacífico”. Mismo que durante 250 años vinculó a
las costas mexicanas con las Filipinas. Cuando se advirtió que Acapulco ofrecía
más ventajas, el puerto de Navidad fue olvidado.
Bahia de Acapulco |
Esta ruta se convirtió en la
“más larga y longeva de la historia moderna” no se habría podido establecer
—aparte de todos los que murieron en el intento— sin la figura de Andrés de
Urdaneta, marino y monje, pero también vecino de la región estudiada en calidad
de corregidor de la Provincia de Ávalos, visitador de los pueblos de Zapotlán y
sus sujetos, Jiquilpan, Ameca, Amula, de los valles de Autlán y del puerto de
Navidad.
Su historia no puede
contarse en breves páginas, dejemos pues para cerrar este capítulo la palabra a
Fernando Benítez, quien nos habla sobre el galeón.
¿Qué era la Nao de China? Algo que se escapa a la
historia, una nave de Turner esfumada en el resplandor del crepúsculo, un
tesoro de Aladino que cabalgaba sobre la espalda del océano, un purgatorio
marinero, un barco fantasma, la nave de los locos, la ambición de los reyes, el
botín de los piratas, la falda de las mujeres, los manteles de Damasco, el
pañuelo de los adioses, el sufrimiento humano, la lotería de los pobres, la
riqueza de las naciones, el ave del paraíso, esa magia que duró 250 años y que
sólo se extinguió cuando el viento de la independencia la echó a pique y que
permanece intacta en el fondo del mar. [26]
Galeon de Manila |
–
El Hombre
Para tener la visión completa
de la reconstrucción histórica, es necesario, junto con la visión espacial y
temporal insertar al hombre: hacedor
y sujeto de la historia.
Los relatos anteriores nos
remontaron en principio al siglo XV y a la península ibérica: España y Portugal
son los actores, mismos que se fueron transformando y ampliando a medida de la
información o del conocimiento que sobre ellos hemos tenido.
En principio su presencia
está apenas difuminada, distante, la divisamos dentro de una masa, cuando los
datos empiezan a crecer se va definiendo su figura hasta llegar a la
reconstrucción total del personaje. Esta operación mental la hacemos en nuestro
trabajo. Para hacer genealogía, primero rescatamos al hombre en su
individualidad, para luego unirlo a una familia e insertarlo a una comunidad,
región o nación.
Recuperar la memoria
histórica de los múltiples actores dentro de un espacio y un tiempo determinado
en un reto. Requiere un ejercicio de paciencia, tener claridad en los
objetivos, saber que caminos hay que transitar, formular las preguntas
rectoras, equiparnos de los medios a nuestro alcance para poder ubicar al hombre en su entorno, tiempo, vínculos
familiares, contactos con el exterior. Dialogar con ellos, saber de sus
esfuerzos y pesares, qué han logrado, cómo dieron sentido a un territorio, cómo
diseñaron y construyeron en él su vecindad.
Los primeros pasos en esta
tarea es sacarlos del anonimato, perfilar su silueta, elaborar su pequeña
biografía, integrarlo a su familia, recorrer con él o con ellos la geografía la
familiar.
Bajo estas premisas he
trabajado en el rescate de apellidos asentados en la región y tiempo señalados.
A partir del siglo XVI y por
los documentos organicé a los actores para su mejor comprensión y conocimiento
en apartados. El 1° lo forman: conquistadores, pobladores, vecinos notables; el
2° funcionarios: alcaldes mayores, corregidores, jueces de residencia o
comisión, visitadores, regidores, alcaldes, escribanos o notarios; 3° clérigos:
franciscanos, agustinos, dominicos, jesuitas; 4° aquellos que tuvieron intereses
económicos: mineros, mercaderes, socios de compañías, agentes comerciales,
procuradores o gestores de provisiones, mercedes, nombramientos, oficios
públicos y 5° los vecinos que forman el grueso de la población y que con su
quehacer y presencia han dado rostro a la región y para este estudio son la
materia prima y cuyos resultados ofrecen a otros investigadores nuevos estudios
y acercamientos desde diferentes disciplinas y temas.
Había programado hacer un
estudio del hombre siguiendo el
esquema usado para la visión temporal y espacial pero el tiempo y la extensión
de este trabajo lo hace imposible. Sin embargo, a través de los relatos
ofrecidos podemos visualizar a ese hombre del Renacimiento: independiente,
fuerte de personalidad, creador del espíritu de empresa, de la aventura heroica
y gloriosa y del gran capitán, que rompiendo con los marcos intelectuales
fijados por la Edad Media, afronta el peligro por fama, renombre, provecho
personal. Sin discutir cuántos lo alcanzaron, que precio pagaron.
Finalmente quiero informar
que el Estudio Genealógico de Antiguas Familias sigue, que están en borrador
dos tomos que pronto verán la luz. Gracias a la generosidad del señor René
Rivial León y su familia que han seguido apoyando este trabajo de
investigación.
Relación
de apellidos de los tomos 2, 3 y 4.
1.
Álvarez / Tostado
2.
Adame
3.
Andrade
4.
Anguiano
5.
Arreola
6.
Árzaga / Álzaga
7.
Barajas
8.
Barreda
9.
Bazavilvazo
10.
Bornsteen
11.
Brizuela
12.
Bueno de Viveros
13.
Calderón
14.
Campos
15.
Campuzano
16.
Carranza
17.
Casillas
18.
Castell
19.
Castolo
20.
Cervantes
21.
Contreras
22.
Cortés
23.
Cueva / Cuevas / Cueva, de la
24.
Chávez
25.
Delgado
26.
Dipp
27.
Dunand
28.
Enríquez
29.
Galván
30.
Galindo
31.
García
32.
Gaytán
33.
Goizueta
34.
Gudiño
35.
Gutiérrez de San Juan
36.
Hassám
37.
Haulón
38.
Hinojosa
39.
Hirschfeld
40.
Huerta
41.
Iguíniz
42.
Jaap
43.
Jaure
44.
Jhostan
45.
Jiménez
46.
Juárez
47.
Lamout
48.
Lancaster Jones
49.
León
50.
López
51.
Lorenzana
52.
Madrid, de la
53.
Magaña
54.
Mallet
55.
Martínez / Martínez Moretín
56.
Medina
57.
Meillon
58.
Mójica / Moxica / Mújica
59.
Montenegro
60.
Montero
61.
Mora, de la
62.
Morales
63.
Moreno
64.
Morett
65.
Morriel
66.
Mossberger
67.
Murguía / Munguía
68.
Olaso, de
69.
Nations
70.
Newton
71.
Ochoa Garibay
72.
Okhuysen
73.
Olivera
74.
Oramas
75.
Orozco
76.
Oviedo
77.
Pardo
78.
Peralta
79.
Pérez / Pérez Milanés
80.
Pérez Ponce de León
81.
Pinto
82.
Pita
83.
Plaza, de la
84.
Porter
85.
Prieto
86.
Quiñones
87.
Rangel
88.
Reyes
89.
Robledo
90.
Sánchez
91.
Sandoval
92.
Sawyer
93.
Schlte
94.
Serrano
95.
Servín
96.
Silva
97.
Sirais
98.
Somellera
99.
Solís
100.
Solórzano
101.
Tamés
102.
Tanabe
103.
Toledo
104.
Toro, del
105.
Torre, de la
106.
Torres
107.
Tortoriello
108.
Ugarte
109.
Vázquez
110.
Vega
111.
Villanueva
112.
Villegas
113.
Vizcaíno
114.
Vizcarra
115.
Walsh
116.
Weber
117.
Wilson
118.
Wright
119.
Zuloaga
120.
Zúñiga
[1] María Guadalupe Paredes López, Apuntes
Genealógicos de la Familia Vergara Ochoa, México, Amat editorial, 2007 y Familia León y sus linajes adherentes: Borja, Campos, Galván, Rivial y
Servín. Notas Genealógicas, México, Amat editorial, 2007.
[2] La exposición puede consultarse en el
CD Memoria de la XVII Reunión
Iberoamericana de Genealogía, Quito, 2011.
[3] José Luis Martínez, “Las primeras
expediciones a Filipinas” en El Galeón
del Pacífico. Acapulco-Manila 1565-1815, México, Gobierno Constitucional
del Estado de Guerrero – Instituto Guerrerense de Cultura, A. C, 1992, p.
67.
[4] Bartolomé Díaz
o Bartolomeu Dias, navegante
portugués conocido por ser el primer explorador europeo en doblar a principios
de 1488 el extremo sur de África, llegando al océano Índico a partir del
Atlántico. Partió de Lisboa a comienzos de agosto de 1487, con dirección al sur
por la costa occidental de África, tocando puntos como: el Congo, Angola,
Namibia, Sudáfrica, alcanzando el punto más lejano del océano Índico el 12 de
marzo de 1488. A pesar de su deseo de seguir navegando hacia la India, se vio
obligado a regresar presionado por la tripulación, la escasez de provisiones y
el deterioro de las naves. Llegó a Lisboa en diciembre de 1488.
Su carrera como navegante declinó al
no ser requerido para liderar grandes expediciones. Sin embargo, supervisó la
construcción de los barcos San Gabriel
y San Rafael y acompañó a la flota de
Vasco de Gama como capitán de un barco que tenía como destino San Jorge de
Mina, como guía en la primera etapa del viaje hasta las islas de Cabo Verde.
Fue también uno de los capitanes y principal navegante de la expedición
encabezada por Pedro Álvarez Cabral, la cual exploró primero las costas de
Brasil en 1500. Al retomar el rumbo hacia la India el 29 de mayo una tormenta
hundió cuatro barcos, entre ellos el de él, pereciendo con todos sus hombres
cerca de su más famoso descubrimiento el Cabo de la Buena Esperanza, al que
había nombrado Cabo de las Tormentas.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Bartolom%C3%A9_D%C3%ADaz)
[5] Vasco de Gama
célebre navegante y explorador, gobernador de la India portuguesa por breve
tiempo. El rey Manuel I al tener la certeza de poder establecer la ruta a la
India lo nombra capitán general de una expedición formada por cuatro naves: São
Gabriel, São Rafael, São Miguel y Berrio y una tripulación de 170 hombres a su
mando. La flota zarpó de Lisboa el 8 de julio de 1497 siguiendo la ruta ya
experimentada por navegantes anteriores. Realiza la hazaña marina conocida por volta do mar el 4 de noviembre de 1497.
En este viaje Continuó el viaje a la
India hasta donde Bartolomé Díaz se había regresado, prosiguió logrando bordear
el contorno de la costa africana y llegar a Calicut abriendo la ruta marítima hasta
la India. Dejando algunos portugueses para iniciar la construcción de una
factoría inicia el 29 de agosto de 1498 el regreso que le consumió 132 días
(contra sólo 23 de la ida), la mitad de la tripulación pereció y muchos
restantes estaban gravemente afectados por el escorbuto. De los 148 hombres
sólo cincuenta y cinco regresaron y dos barcos. La carabela Berrio más ligera y
rápida arribó el 10 de julio de 1499 en agosto llegó la São Gabriel al mando de
João de Sá. Vasco de Gama se había separado intentando salvar a su hermano
gravemente enfermo, después de sepultarlo regresó a Lisboa en septiembre de
1499.
Recibió el título de Almirante – mor dos mares las Indias una
pensión de treinta mil reales anuales que pasaría a sus hijos y otros títulos.
El segundo viaje a la India lo
realizó el 12 de febrero de 1502 al frente de una flota de veinte buques de
guerra, con el propósito de hacer cumplir los intereses portugueses en el
Oriente. Después de encuentros y desencuentros con los gobernantes de la India
regresa a Portugal en septiembre de 1503, tras eliminar a los rivales árabes
del Índico e instaurar la hegemonía marítima portuguesa en la zona.
En 1519 fue nombrado Conde de
Vidigueira y fue enviado de regreso a la India en 1524 —tras permanecer alejado
de la navegación durante casi veinte años—, a sustituir al virrey Duarte de
Meneses cuyo gobierno había sido desastroso. En el viaje contrajo la malaria
después de llegar a Goa. Como gobernador y
segundo virrey de la India portuguesa logró imponer el orden pero murió
en Cochin el 24 de diciembre de 1524.
[6] Pedro Álvarez Cabral fue designado para dirigir la expedición a la India en 1500, siguiendo
la ruta recién abierta por Vasco de Gama bordeando África con el propósito de
establecer relaciones comerciales en la India y regresar con las valiosas
especias. Su Flota de trece navíos siguiendo la costa africana arribó a lo que
pensó originalmente era una gran isla, sin embargo al explorar el litoral
percibió que la gran masa de tierra podría ser un continente. Enseguida envió
un navío para informar al rey Manuel I sobre el descubrimiento reivindicándolo
para Portugal: había desembarcado en Brasil. Prosiguió el viaje a la India
donde una tempestad provocó la perdida de varios navíos y tuvo problemas con
los comerciantes árabes e hindúes. Tuvo existo en las negociaciones de los
derechos de comercialización y regresó a Portugal cargado de especias, donde se
consideró un éxito la expedición a pesar de las pérdidas humanas y de los
navíos.
Más tarde fue sustituido, se retiró
de la vida pública y sus logros se olvidaron durante trescientos años, hasta
que en el siglo XIX el emperador Pedro II de Brasil lo rehabilitó. Es
considerado ahora una de las figuras más importantes de la Era de
Descubrimientos.
[7] Diego Lopes de Sequeira fue enviado por
el rey Manuel I de Portugal a reconocer las costas de Madagascar y su potencial
industrial, luego pasó a la India. En su viaje que duró años, llegó a Sumatra y
Pacem, colocando varios padrãos,
recorre lugares preparando fortalezas; en 1509 desembarcó por primera vez en
Malaca antes de la conquista de Alfonso de Albuquerque en 1511. Fue nombrado
cuarto gobernador de la India portuguesa (1518 – 1522), enriqueciéndose
abusivamente. En 1524, bajo el reinado de Juan III asistió a la Conferencia de
Elvas y Badajoz, donde Portugal y Castilla se disputaban las Molucas.
[9] José
Luis Martínez en su artículo, además de sugerir una serie de estudios sobre las
Bulas Alejandrinas de 1493 y la supremacía papal sobre las islas de 1091-1493,
dice que:
El
Tratado, […] marcaba una línea de división
que correspondía, aproximadamente, al meridiano 46° 30´ Oeste de Greenwich.
Originalmente, según la bula Intercaetera
del 4 de mayo de 1493, la línea debía pasar a 100 leguas —que más tarde fueron
360— al occidente y al sur de las islas Azores y de Cabo Verde. Al oriente de
esa línea las tierras por descubrir serían portuguesas; al occidente,
españolas. Esto dio derecho a Portugal para las tierras de Brasil. óp. cit., p. 68.
[10] Martín Berhaim (Nuremberg 6 de octubre de 1459 – Lisboa 29 de julio de 1507), conocido
también como Martín de Bohemia,
comerciante, astrónomo, navegante y geógrafo alemán que prestó sus servicios a
Portugal, donde vivió la mitad de su vida. Célebre por haber construido el
globo terráqueo —más antiguo que se conserva—, a petición de consejero de su
ciudad Geor Holzschuher.
Fue miembro de la Junta dos Mathematicos (1484 – 1485), junto con los físicos
maestros Rodrigo y Josephe, a quienes el rey Juan II consultaba en cuestiones
científicas y técnicas entre los logros de la Junta fue “la manera de
navegar mediante tablas declinación del sol” siendo los portugueses en primero
en aplicarlas. El método tuvo bastante aceptación, ya que los cálculos eran más
versátiles que los realizados con el astrolabio.
En 1484 el rey Juan II lo despachó
junto con Diogo Cão en dos naves con el fin de recorrer el
continente africano. Regresaron después de diecinueve meses trayendo granos y
especias.
El cronista de la expedición de
Magallanes – Elcano, Antonio de Pigafetta en su obra Primo Viaggio Intorno al Globo, relata el conocimiento que tenía
Magallanes de navegar por un estrecho muy escondido, habiendo visto en un mapa
guardado en la tesorería del rey de Portugal y hecho por Martín de Bohemia, […]
“al exponer su proyecto a los Ministros del Rey explicó que el estrecho
figuraba ´en una carta marina construida por Martín de Bohemia […] cosmógrafo
de gran reputación´”.
Murió muy pobre en el hospital de
Todos os Santos de Lisboa.
[12] Para tener más
datos de su vida y acercarse a su pasión descubridora y a su buena y mala
fortuna se sugiere: Manuel Lucena Salmoral, Vasco
Núñez de Balboa descubridor de la Mar del Sur, México, Red Editorial
Iberoamericana (rei), 1991.
[13] Ibíd., p. 80, subrayado del autor
[14] […] Que se fijó en 130° 30´ Este, […] el cual pasa
algo al este de las Islas Molucas —como lo creía con razón Urdaneta, en
desacuerdo con las opiniones españolas. Sin embargo, los portugueses habían
llegado antes y defendieron encarnizadamente sus posesiones. Buena parte de las
desventuras […] de las expediciones al Moluco […] se debieron a la resistencia
portuguesa. José
Luis Martínez, óp. cit., p. 72.
[15] Alberto
Carrillo Cázares, Partidos y Padrones del
Obispado de Michoacán. 1680-1685, México, El Colegio de Michoacán –
Gobierno del Estado de Michoacán, 1996, p. 9
[17] Con este
título, don José Luis Martínez —cuyo artículo está registrado en la cita número
3— presenta el estudio de las cinco primeras expediciones españolas a Oriente.
Es un relato ameno, bien documentado y con sugerente bibliografía sobre el
tema; mismo que he tomado como fuente y ha inspirado esta ponencia. Se sugiere
la lectura.
[19] Tello Mañueco
Baranda, Diccionario del Nuevo Mundo.
Todos los conquistadores, España, Ámbito Ediciones, 2006, p. 114; José Luis Martínez, óp. cit., pp. 69-72.
[24] Existen varios
autores que se han ocupado de Miguel López de Legazpi, entre ellos Thomas
Hillerkus, Diccionario Biográfico del
Occidente Novohispano. Siglo XVI. Tomo J-L, México, Universidad Autónoma de
Zacatecas – Unidad Académica de Estudios de las Humanidades y las Artes, 2011,
p. 213; Anexos árboles: 49, 50 y 51, pp. 111-115, contiene datos familiares y
tres árboles genealógicos; Miguel Romero de Solís, Andariegos y
Pobladores. Nueva España y Nueva Galicia (Siglo XVI), México, Colegio de Michoacán – Archivo
Histórico del Municipio de Colima – Universidad de Colima – conaculta – fonca, 2001, p. 269; la página de internet – unam del doctor Javier Sanchiz Ruiz,
tiene el estudio de su descendencia hasta el siglo XX por la línea de su hijo
Melchor López de Legazpi Garcés y su nieto García Legazpi Albornoz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario